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miércoles, 6 de marzo de 2019
¿Cuál es la diferencia entre un registro de Copyright y uno de Creative Commons?
El principio básico de los dos es proteger los derechos de
autor, así, en ambos casos se protegen los derechos morales (de creación) y
patrimoniales (de comercialización). El trámite de ambos es gratuito, aunque la
primera diferencia formal es que el registro de Creative Commons (CC)
se puede hacer completamente on-line, mientras que el de Copyright requiere
acercarse a la Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA).
En aspectos de fondo, la mayor diferencia entre el registro
de Copyright y el de Creative Commons es que el primero es más restrictivo, ya
que, en principio, cierra toda posibilidad de compartir y divulgar cualquier
contenido sin autorización expresa del titular de los derechos. En este caso,
por ejemplo si una fotografía está registrada con Copyright, ésta no podría
descargarse y compartirse a través de los muros de Facebook. Las grandes casas
productoras de música, cine y televisión, al igual que las editoriales, suelen
proteger sus obras bajo Copyright, por eso hacer cualquier copia o divulgación
no autorizada constituye un delito, conocido comúnmente como piratería.
En paralelo, CreativeCommons ofrece varias modalidades de registro, lo que lo hace más
flexible. Todas las licencias protegen los derechos morales (reconocer la
autoría de la obra), pero según la decisión del autor, cualquier persona
estaría en capacidad de compartir, editar, generar obras derivadas e incluso
obtener lucro de ellas, según el tipo de registro.
¿Qué implican? Son licencias que comienzan como una manera
de que el público pueda compartir creaciones intelectuales como música,
imágenes, obras de arte o incluso software. Existen diferentes tipos de
licencias Creative Commons y cada una de ellas permite que el trabajo de un
autor pueda ser utilizado por otros en diferentes grados.
Por otro lado, Copyright (C) se trata del derecho que tiene
un autor sobre sus obras, que le permite decidir en qué condiciones han de ser
éstas reproducidas y distribuidas. El objetivo es proteger la autoría de una
creación intelectual. Aunque este derecho es legalmente irrenunciable puede ser
ejercido de forma tan restrictiva o generosa como el autor decida.
Las licencias CC nacen a través de una organización sin
ánimo de lucro fundada en 2001 por un ex-profesor de Derecho de la Universidad
de Stanford con el objetivo de dar una solución a la problemática que generaba
el uso de redes sociales y compartir contenidos en ellas. Por lo que el
concepto es relativamente nuevo comparado con los tradicionales derechos de
autor o copyright.
Concretamente, estas licencias consisten en un conjunto de
modelos que ofrecen al autor de una obra una forma simple y estandarizada
otorgar permiso al público en general para compartir y usar su trabajo bajo los
términos y condiciones que él mismo elige.
Entre las principales críticas encontramos que una licencia
CC no puede ser revocada. Una vez que decides abrir tu trabajo al público de
forma libre, ya no hay vuelta atrás, renuncias a los derechos de tu trabajo.
Otra de las críticas es que los objetivos de Creative
Commons ya están incluidos por el sistema de Copyright, y que el eslogan de
"algunos derechos reservados", en lugar del "todos los derechos
reservados" crea una falsa dicotomía. El Copyright proporciona una lista
de derechos exclusivos al autor, de los cuales él decide cuales quiere vender,
donar o mantener. Por lo tanto, el principio de "algunos derechos
reservados" no es una alternativa, sino que se engloba dentro de la misma
idea del clásico Copyright.
Independientemente del dilema existente entre si son
conceptos excluyentes o cohexistentes, las licencias CC pueden facilitar a los
creadores de obras intelectuales la forma de comunicar al público cómo deben
ser utilizadas.